En un buen cuidado de la piel, es importante que las distintas partes del cuerpo tengan atenciones y productos específicos, porque la dermis no es igual ni tiene las mismas características a lo largo de todo el cuerpo. Así, el contorno de los ojos necesita una atención concreta que se adapte a esta zona tan delicada y fina del cutis.
Los ojos sufren a diario los ataques de agentes externos, como ver la televisión, pasar mucho tiempo frente a la pantalla del ordenador, largas horas de lectura o, incluso, la contaminación, así como otros internos, como el estrés o el paso del tiempo. Para evitar que estos factores desencadenen o aceleren la aparición de ojeras, patas de gallo o hinchazón, es fundamental que la crema de ojos se aplique por la mañana y por la noche, aunque también existen productos específicos para ambos momentos del día.
Un paso fundamental es la elección del producto más idóneo para cada tipo de piel y según la edad, de forma que a los 20 años puede ser un contorno de ojos más hidratante mientras que a partir de los 25, se suele recomendar una crema con vitamina C, ácido hialurónico, retinol y sustancias descongestionantes, como el jengibre, la camomila y el aloe vera, para terminar con el paso de los años usando una con otros elementos, como antioxidantes.
En todo caso, es preferible evitar los productos para el contorno de los ojos con urea, ácido retinoico, alcohol y ácido salicílico. El caso es que la crema de ojos no puede ponerse de cualquier manera, sino que necesita una atención especial, tanto en el caso de las mujeres como en el de los hombres. El primer paso es limpiar la cara con limpiador y tónico y aplicar la crema hidratante para la cara, a excepción de la zona del exterior de los ojos, donde se aplicará un tratamiento específico.
Para darse el producto en esta área de la cara, hay que poner una gota en los dedos corazón y anular, que al ser los que menos fuerza tienen se garantiza un suave masaje a la hora de extenderlo. El tratamiento se aplica con pequeños toques desde la zona de debajo de los ojos más pegada a la nariz hacia el exterior, es decir, hasta el lugar más cercano a la oreja, donde aparecen las temidas patas de gallo.
Normalmente, el contorno de ojos se pone en las bolsas, zona en la que se debe aplicar con un masaje a pequeños golpes de dentro hacia fuera; las ojeras y las patas de gallo, pero es posible aplicarse un poco del producto en los párpados en caso de tenerlos muy hinchados.
Seguir estos pasos conlleva a una mirada más iluminada, una disminución de la hinchazón de los tejidos y la
formación de bolsas y ojeras, de forma que se diluirán los signos de cansancio y el tono apagado de la tez. Pero hay que recordar que los milagros cosméticos no suceden de un día para otro, sino que consisten más en una carrera de fondo.
Los ojos sufren a diario los ataques de agentes externos, como ver la televisión, pasar mucho tiempo frente a la pantalla del ordenador, largas horas de lectura o, incluso, la contaminación, así como otros internos, como el estrés o el paso del tiempo. Para evitar que estos factores desencadenen o aceleren la aparición de ojeras, patas de gallo o hinchazón, es fundamental que la crema de ojos se aplique por la mañana y por la noche, aunque también existen productos específicos para ambos momentos del día.
Un paso fundamental es la elección del producto más idóneo para cada tipo de piel y según la edad, de forma que a los 20 años puede ser un contorno de ojos más hidratante mientras que a partir de los 25, se suele recomendar una crema con vitamina C, ácido hialurónico, retinol y sustancias descongestionantes, como el jengibre, la camomila y el aloe vera, para terminar con el paso de los años usando una con otros elementos, como antioxidantes.
En todo caso, es preferible evitar los productos para el contorno de los ojos con urea, ácido retinoico, alcohol y ácido salicílico. El caso es que la crema de ojos no puede ponerse de cualquier manera, sino que necesita una atención especial, tanto en el caso de las mujeres como en el de los hombres. El primer paso es limpiar la cara con limpiador y tónico y aplicar la crema hidratante para la cara, a excepción de la zona del exterior de los ojos, donde se aplicará un tratamiento específico.
Para darse el producto en esta área de la cara, hay que poner una gota en los dedos corazón y anular, que al ser los que menos fuerza tienen se garantiza un suave masaje a la hora de extenderlo. El tratamiento se aplica con pequeños toques desde la zona de debajo de los ojos más pegada a la nariz hacia el exterior, es decir, hasta el lugar más cercano a la oreja, donde aparecen las temidas patas de gallo.
Normalmente, el contorno de ojos se pone en las bolsas, zona en la que se debe aplicar con un masaje a pequeños golpes de dentro hacia fuera; las ojeras y las patas de gallo, pero es posible aplicarse un poco del producto en los párpados en caso de tenerlos muy hinchados.
Seguir estos pasos conlleva a una mirada más iluminada, una disminución de la hinchazón de los tejidos y la
formación de bolsas y ojeras, de forma que se diluirán los signos de cansancio y el tono apagado de la tez. Pero hay que recordar que los milagros cosméticos no suceden de un día para otro, sino que consisten más en una carrera de fondo.
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