Las telas del sofá, las cortinas y los cojines. Son las tres telas clave, las que marcarán el estilo y la comodidad del salón. Te ayudamos a escoger las que más te convienen para acertar.
Para el sofá
Telas claras para ganar luz
La regla es sencilla: las tapicerías de tonos claros y con estampados pequeños amplían visualmente y dan más luz. Una tapicería oscura y con motivos grandes tiene más protagonismo y, por ello, reduce la sensación de espacio. Las telas degradadas o con efecto acuarela son luminosas y serenas.Liso y estampado, el dúo seguro. Lo habitual es partir de una tapicería lisa para el sofá y combinarla con estampados para los cojines o la butaca. El elemento grande resulta así más neutro y se puede “modificar” la decoración con las telas de los cojines. Además de jugar con los estampados, también puedes elegir tapicerías lisas con texturas.
Las telas, más protegidas. Existen tratamientos especiales para que los tejidos sean resistentes frente al desgaste, el roce, las manchas…“ Los más prácticos –comenta Paloma Gómez, de K. A. International– son los tratamientos antipilling para evitar bolitas, o los que las protegen especialmente frente a las manchas”.
¿Tapicería más funda lavable? “Las fundas son prácticas pero solo merecen la pena si el sofá tiene mucho uso, en casas con niños, por ejemplo”, dice Beatriz Gancedo. La tapicería debe ser siempre de calidad y bien acabada, señalan los teleros. “Y si la funda es a medida costará casi como una tapicería”, añade Javier Narbona de Gastón y Daniela.
Las telas de moda para el sofá
El terciopelo. Vuelven las telas cálidas al tacto, como los terciopelos, que se editan en colores más actuales y que, además, son lavables.Hand made. Triunfan los tejidos que imitan el punto, los patchwork y las tramas multicolor entretejidas de apariencia muy artesana.
Linos con trama. Se aceptan todos los linos: más gruesos para salones rústicos y los de trama cerrada, con brillo, para los más elegantes.
Tejidos gruesos. Se llevan las tapicerías con tejidos de pata de gallo o tweed. Y los estampados geométricos, con colores envejecidos.
Para los cojines
Los magos de la transformaciónLos cojines son los aliados perfectos para darle la vuelta a cualquier decoración. Sólo tienes que jugar con las texturas, los colores y los estampados adecuados, y combinarlos a tu gusto.
No solo los hay cuadrados. Los cojines cuadrados son los habituales pero no los únicos. Acuérdate de incluir siempre alguno redondo y otro rectangular más pequeño. Alternándolos obtendrás un efecto mucho más dinámico y natural.
¡Viva el gran formato! Los sofás con profundidad admiten más cojines y más grandes. “Yo pongo alguno de 50x50cm”, comenta Javier Narbona, de Gastón y Daniela. Si el sofá es pequeño, escoge cojines de menor medida.
Un perfecto equilibrio. ¿Una fórmula segura? Elegir un color base, un hilo conductor a partir del cual combines los cojines lisos. Luego, alegra el conjunto con prints florales o geométricos. Otra combinación que funciona: flores grandes junto a flores diminutas.
Más natural si no es simétrico. No coloques los cojines de forma simétrica. Forma grupos que centralicen la atención, colocándolos en un rincón, por ejemplo, y dejando un par en el otro extremo. Coloca siempre el de mayor tamaño el último, y el más pequeño delante de todo.
Mismo color, distinta textura. “Combina cojines de la misma gama de color pero juega con sus texturas: un terciopelo y un damasco envejecido, un lino sobrio con un jacquard, una chenilla con un algodón liso”, apunta Paloma Gómez de la firma K.A. International.
Cuatro propuestas para renovar los cojines
Doble cara, doble uso. “Confecciona las dos caras del cojín con distintas telas, una lisa y otra con un ikat, y tendrás dos en uno”, sugiere Mónica Martín del Grupo Lamadrid.Cuero vintage. Las pieles sintéticas y naturales, como el cuero envejecido y deslavado de aspecto rústico, armonizan con algodones lisos, linos o arpilleras.
Estampado a juego. Para que el estampado combine, elige un dibujo que integre los tonos de los otros cojines.
Aplicaciones. Si quieres dar un toque festivo elige un cojín con un tejido rico (terciopelo, jacquards, linos) y vístelo con perlas, borlas o lágrimas de cristal.
Para las cortinas
¿Buscas el máximo de luz? Si necesitas que la luz invada el espacio, elige sólo telas vaporosas, que tengan mucha caída, y en tonos blancos. Los tonos cremas crearán un efecto de luz solar y los linos de trama abierta te darán más transparencia.¿De color o en tono neutro? Elige el color de la cortina de acuerdo con los tonos de la estancia, especialmente los de las paredes y de los tejidos. ¿Una apuesta segura? Elige tonos neutros y cremas: combinan con todo y con cualquier estilo.
¿Lisas o estampadas? Las cortinas deben ser lisas cuando hay muchos estampados en la estancia. Y al contrario, estampadas si hay muchos lisos. La única regla: que el motivo guarde proporción con el espacio y con el resto de los textiles.
Los tejidos más elegantes. Valora la tela en función del uso que le vayas a dar. Los algodones o linos son los más prácticos, siempre y cuando no se arruguen mucho. Los más delicados (organzas, sedas y terciopelos) resérvalos para estancias de poco uso.
¿Y en espacios sin apenas luz? Instala estores, visillos o cortinas ligeras que atrapen la luz más tenue. ¿La mejor solución? Telas vaporosas y transparentes como muselinas, voiles, organzas en tonos blancos o de hilo o lino que multiplican la claridad y den sensación de amplitud.
¿Combino estor y cortinas? Solo es aconsejable en grandes ventanales de salones y dormitorios y en puertas correderas que dan al exterior. Puedes combinar cortinas, que no sean pesadas con visillos translúcidos, cortinas con estores o caídas con estores de algodón.
¿Cúal es la medida ideal? Las cortinas se suelen colocar unos 15 cm más largas que la ventana. Si te gusta que las cortinas tengan caída y se apoyen en el suelo, añade otros 10 cm. Para unas cortinas con caída, elige siempre linos gruesos, sedas salvajes o chenillas.
Las cortinas se visten de fiesta
Aplicaciones chic. “Se lleva jugar con los acabados de tapicerías, cortinas de seda y lino con aplicaciones de terciopelo...”, nos dice J.L. Lagueiro de Osborne & Little.Pata de gallo. Los estampados habituales en tapicerías, como la pata de gallo o el tartán, “suben” a las cortinas combinados con sedas salvajes o linos.
Destellos. Triunfan los brillos y los colores metálicos: los damascos que juegan con el brillo mate o los bordados en oro. Eso sí, siempre en pequeñas dosis.
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